Asociadas a la diaria y saludable verdura hervida aliñada con aceite de oliva virgen extra, ya nuestras abuelas se las ingeniaron con un poco de jamón para que comiéramos con más afición. Cuando llegó la nueva cocina, todo el mundo aprendió a cocerlas al vapor y a servirlas frías en ensalada, con un buen aliño o con una generosa porción de jamón.
Traídas de América casi al principio de la llegada de los europeos, cuando las redes sociales eran el boca a boca, las judías verdes tomaron nombres y formas según las manías y las costumbres de cada lugar. Cada uno las cultivaba a su manera y las llamaba como le convenía. Así las vainas tiernas de frijol, ejote en su primer nombre sobre la tierra, tiene nombres casi infinitos: judías verdes, vainas, habichuelas o chaucha. Y son una de las hortalizas más cultivadas en el mundo, destacando las variedades finitas.